Venecia premia a Sylvester Stallone

Gracias. Muchísimas gracias a la organización del Festival de Venecia por premiar a un pavo que ha sido el actor más nominado a los premios Razzie de la historia. Un tipo que cuenta en su currículum con mierdas del calibre de ¡Alto! o mi madre dispara, Rocky V o El juez Dredd. Y pensaréis, "Antonio ¿a ti no te gustaba este tipo?" Pues claro y todos sabéis por qué.
Sylvester Stallone es, además de un mediocre actor, escritor, director, montador, gimnasta y cualquier otra que se os ocurra. Es un absoluto icono de la historia del cine, le pese a quien le pese, gracias a Rocky Balboa y John Rambo, películas que, por otra parte, tienen entregas realmente sorprendentes (y otras muy malas, no pasa nada si lo digo). Además, ha demostrado ser un intérprete de calidad en la primera parte de Rocky y en Cop Land, donde mantenía el tipo con un elenco de estrellas impresionante. Lo hemos visto escalar montañas para atravesar a uno de los malos con una estalactita en Máximo Riesgo, lo hemos visto poner las gafas de sol con cristales de espejo de moda en Cobra y compartir cartel con Pelé y Michael Cane en Evasión o Victoria (la mejor película sobre un partido de fútbol). Además, es colega de Chuache y Willis, a los que me gusta referirme como el trío maravillas. Por último, no podemos olvidar que ha reunido a TODOS los cracks del cine de acción en The expendables. Este hombre no se merece el premio Jaeger-LeCoultre Glory de Venecia. Simplemente, se lo ha ganado a pulso a base de machacarse y de mostrar venotes. ¡Olé tus huevos Sly!