19 abril, 2009

The wire

Hace cosa de un año, en uno de esos días aburridos en los que te entretienes buscando chorradas por Internet, descubrí una serie de televisión de la cadena norteamericana HBO de la que no sabía nada, The wire. Comencé a leer reseñas y críticas y la necesidad de verla comenzó a hacerse patente. Gracias a ese día de aburrimiento, descubrí la serie que, desde su primer capítulo, lograría el número uno de mi podio particular.
The wire fue creada por el escritor de novela policíaca David Simon. Su capítulo piloto se emitió en el año 2002 y la serie concluyó el pasado 2008, tras un año de parón, con una temporada final que exigían los seguidores de la serie. Resumir 60 capítulos en un párrafo es misión harto complicada y más aún cuando la trama central de la serie está compuesta por más de 20 personajes principales. Pero, en resumen, se puede decir que asistimos, cual detective experimentado, al intento de la policía de Baltimore de hacer frente al tráfico y venta de drogas. Cada una de las cinco temporadas se centra en un aspecto fundamental de la ciudad de Baltimore y, por extensión, a todo Estados Unidos. Primero asistimos al funcionamiento de los bajos fondos y a la lucha de la policía por controlarlos. Después conoceremos a los sindicatos portuarios, a la clase política, el devenir del sistema educativo y los medios de comunicación.


Si algo destaca con luz propia en The wire es su marcado realismo narrativo y su capacidad para crear debate social. Al contrario de lo visto en otras series policiales como 24 o The unit, en Bajo escucha (título español) aprendemos como funciona una investigación policial, convivimos sin cortes ni elipsis temporales, con los agentes que intentan hacer su trabajo. Pero es que, a la vez, aprendemos como funciona la venta de drogas en los complejos de edificios marginados, jugamos al ajedrez con los traficantes, descubrimos que tienen familia y quieren lo mejor para sus hijos. En The wire no hay buenos ni malos, simplemente hay personas. Que una sea el mayor camello del barrio o que otro sea un policía putero y borracho no nos importa. Lo que de verdad importa es saber que son personas, que cometen errores, que tienen una vida y que hacen lo que hacen lo mejor que pueden. Por supuesto, odiaremos a algunos y querremos a otros, pero nos resultaría imposible, como espectadores, imaginar la serie sin ese personaje después de verlo la primera vez.



Y, junto a la necesaria presencia de múltiples protagonistas, nos encontramos con un grupo de actores en perfecta armonía con sus personajes. Desde Dominic West (el detective Jimmy McNulty, posiblemente el protagonista principal) hasta Idris Elba, el capo "Stringer" Bell. Y junto a ellos encontramos a grandes pilares de la serie como Sonja Sohn, la detectiva Shakima Greggs, Andre Royo, el inolvidable Bubbles, a Wood Harris, el temible Avon Barksdale, o la extraña y psicótica pareja formada por Gbenga Akinnagbe y Felicia Pearson, los más temibles del barrio. Pero, si de todos ellos tuviera que destacar a uno, sin duda me quedaría con el señor Omar Little, interpretado de manera sobresaliente por Michael K. Williams. Omar es uno de los personajes más amados de la serie, posiblemente porque su código de conducta y comportamiento sean de los más interesantes. Roba a los camellos armado con una enorme escopeta y un chaleco antibalas, es el único ser humano al que los más peligrosos temen. Siempre actúa en pareja y su pegadizo silbido queda de manera imborrable en la memoria de cualquier espectador. Omar es la esencia de Baltimore, un hombre que no oculta sus preferencias (es homosexual) en una zona donde quizás eso no sea buena idea. No tiene una buena vida, pero hace lo que está en su mano para conseguir sobrevivir en el día a día.



Una vez repasados algunos personajes y vistos sus intérpretes, ¿qué hace de The wire una absoluta obra maestra? Pues su estudiada y pretendida calma. Aquí las cosas no suceden de repente, hay trabajo detrás y siempre hay unas consecuencias. Cuando hay un tiroteo repentino, siempre hay una razón detrás. Como ya dije antes, no existen grandes elipsis temporales, todo se explica hasta el detalle, todo se analiza con mucha calma. Pero lo más encomiable del asunto es que, con todo, la serie es tremendamente entretenida.
Tras ver The wire estaremos preparados para llevar a cabo una escucha con micrófonos, para pasar largas noches de guardia en un furgón o para saber que trámites burocráticos necesitamos pasar para que en el Juzgado nos den una orden de registro. Aprenderemos como funcionan los bajos fondos, o aquello que los blancos consideramos bajos fondos. Porque otro factor esencial es el contexto, la ciudad de Baltimore, una urbe cercana a Washington D.C. donde la mayoría son habitantes de color que viven en barrios obreros o pobres y cuyo futuro pasa por atravesar las más difíciles condiciones. En el país de las oportunidades, de la libertad y de toda la basura que Hollywood nos quiere vender, alguien tuvo la lucidez para mostrarnos lo que es la vida real en una gran ciudad como Baltimore.



En definitiva, The wire es una serie perfecta, con secuencias inolvidables. Más profunda y emocionante que cualquier otra serie policíaca o que cualquier película de detectives. Es incluso mejor que el 95 % de películas que llegan cada viernes a nuestras carteleras (porcentaje estimado según yo mismo). En España podéis encontrar todas sus temporadas en DVD y os aseguro que es una compra imprescindible para todo buen amante del cine. Porque The wire es puro cine, sólo que está rodado en formato televisivo. Es imprescindible verla en versión original, porque por muy bueno que sea el doblaje, nunca se podrá apreciar el acento y los detalles del habla norteamericana. Como dijo Maureen Ryan, del Chicago Tribune: "Sí sólo dispones de una hora a la semana para ver la televisión, concédesela a The wire". Porque, en opinión de un servidor, es la mejor y más perfecta de las series de ficción creadas hasta la fecha. Nos vemos en Baltimore.

Otras series analizadas: Battlestar Galactica.

1 comentario:

marguis dijo...

Estas predicando a una conversa!!!
Voy por la tercera temporada, que tengo un poco aparcadita. La estoy reservando para época de sequía seriéfila... como la que se avecina ahora.
Es verdad que Omar es la repanocha!!!