20 marzo, 2008

Mis psicópatas favoritos

Qué mejor manera de vivir la semana santa que recordando a mis asesinos cinematográficos favoritos. Además, sigo así una moda tan imperante en estos días como es la de clasificarlo todo en una lista. Por cuestiones de espacio, lo dejo en cinco ganadores, aunque hay muchos psicópatas memorables dentro de la historia del cine. Advierto de que este texto tiene bastantes SPOILER.

5- Henry Lee Lucas



Su única aparición en cine la hizo en 1986, en la película Henry, retrato de un asesino. Interpretado por Michael Rooker, está (por desgracia) basado en un asesino en serie real del mismo nombre. En la vida real, se jactaba de haber cometido más de 600 crímenes, aunque su locura hizo pensar a la policía que se inventó un poco esas horribles cifras. En el film, vemos a un Henry totalmente antisocial, al que le importa un bledo las personas, que no respeta a nada ni a nadie, incluyendo a su ocasional compañero de aventuras y a la hermana de éste, de la que parece "enamorarse".
La escena: dentro de la cantidad de barbaridades que vemos en el film, posiblemente sea la secuencia en la que Henry decapita a Otis con una sierra de mano la más "memorable". Esa y aquella otra en la que mata a un vendedor incrustándole un televisor en la cabeza que posteriormente enchufa a la corriente "para ver que pasa".

4- Leatherface



Será siempre recordado por su acojonante aparición en La matanza de Texas (1974), aunque también haya sido visto en sus horribles secuelas y remakes. Interpretado por Gunnar Hansen, pasará a la historia por dar a la motosierra un uso que va más allá de la tala de árboles. Si aún hay alguien que no haya visto esta joya del cine de terror quizás se sorprenda al ver al bueno de Leatherface vestido como un carnicero y con la cara cubierta por una máscara hecha con...piel humana. Según la introducción a modo de documental hecha en la película, el amigo carnicero mató a unas 33 personas, algo que podemos apreciar a lo largo de la película, cuando los jóvenes e incautos protagonistas entran en la casa de nuestro psicópata y descubren que la decoración y las conservas no son precisamente carne de ciervo.
La escena: dejando a un lado las bestialidades que hace con la motosierra, la mejor escena del film es la que cierra la historia, con la chica protagonista huyendo hacia la carretera siendo perseguida por Leatherface y su inseparable arma mecánica. Si en esos minutos no se te pone la piel de gallina y la tensión no acaba contigo, es que no eres humano.

3- Norman Bates



El hostelero y botones que todos querríamos tener. Interpretado por Anthony Perkins en la mítica Psicosis, de 1960. Uno de los primeros psicópatas en hacer su aparición en el cine, un verdadero demente que comparte personalidad con su difunta madre, la que, evidentemente, tenía más problemas que él. Bajo su apariencia de chico bueno y amable se esconde un verdadero asesino que gusta de travestirse para la ocasión. Suele ir bien acompañado por su cuchillo y...una bolsa de caramelos.
La escena: sin duda alguna, la memorable secuencia de la ducha, excelente en todos los sentidos. A día de hoy todo el mundo lo sabe pero, por si acaso, destacar que la sangre que se ve en la bañera es, en realidad, ¡chocolate!

2- Hannibal Lecter



Nos puso a todos los huevos por corbata en 1991 en El silencio de los corderos. Después lo hemos visto en diferentes secuelas y precuelas, a cada cual peor. Interpretado por Anthony Hopkins nos pareció el tipo ideal para tener como compañero de restaurante. Docto, inteligente, con estudios, de interesante conversación, atractivo...CANÍBAL. Quizás fue ese último calificativo el que le reportó mala reputación y una bonita estancia en la cárcel y, de paso, la posibilidad de enamorarse de la agente del FBI, Clarice Starling. Con todo, el buen doctor es una parte caritativa y esencial de la comunidad de vecinos y ayudó en la detención de varios asesinos en serie (a los que se habría merendado, literalmente, de tener ocasión).
La escena: cuando al doctor Lecter se le presenta la ocasión de escapar de su prisión, no lo duda un segundo. Mata a sus dos vigilantes, a uno de ellos lo deja colgado de la celda con las tripas fuera y al otro "sólo" le arranca la cara para usarla como máscara y poder escapar.

1- John Doe



Interpretado por Kevin Spacey y visto en Seven, de 1995. Decía que Dios mismo lo habia enviado para llevar a cabo una misión: matar a siete pecadores de las formas más aberrantes imaginables. Capaz de poner en jaque a todo un departamento de policía y crear una de las atmósferas más deprimentes y opresivas de la historia del cine. Con John Doe surgieron los asesinos religiosos (en cine) por doquier y, desgraciadamente, ni uno le llegó a la suela de los zapatos. Es el asesino perfecto, inteligente, sádico, invisible...Al final sólo lo consiguen atrapar porque él mismo se entrega a la policia. Eso sí, con una sorpresa bajo la manga.
La escena: el final de Seven es de los que dejan al espectador roto, pero con ganas de más. Con todo, prefiero destacar la escena en la que John Doe es trasladado por los agentes Mills y Somerset al lugar donde se va a producir el desenlace. Impresionante secuencia donde los tres actores logran la perfección y el guión de Andrew Kevin Walker nos muestra a un verdadero demente convencido de que sus actos están justificados y deben ser admirados por cualquiera.

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