25 febrero, 2008

Divagaciones y delirios post 80ª edición de los Oscar

Otro año más, los Oscar han sido entregados. Y si, como todos esperabamos, Javier Bardem ganó su premio como mejor actor de reparto del año anterior por su papel de Anton Chigurh en No es país para viejos, cinta que se convirtió en triunfadora de la noche con cuatro premios en total si añadimos el de mejor guión adaptado, directores y película. Pero, antes de entrar en los premios en sí, qué mejor forma de hablar sobre los Oscar que empezando con la alfombra roja.

De maneras que no vienen al
caso, pude seguir la gala retransmitida por Canal + y disfrutar de los modelitos de las actrices y de la nueva moda imperante en Hollywood para los hombres, llevar pintas de vagabundo. Así lo demostraron el chulopo de Colin Farrell o el propio Daniel Day-Lewis, con dos pendientacos y un pelo engrasado con aceite de oliva. Menos mal que por ahí andaban George Clooney o Tommy Lee Jones para demostrar que es la elegancia. Pero, sin duda alguna, fue Viggo Mortensen el caballero más distinguido de la noche por esa barba de oso, su innegable presencia y por llevar como pareja a su sobrina.
De las chicas, destacar sobre todo a Jennifer Garner, Katherine Heigl e, incluso, a nuestra Penélope Cruz. Pero si hubo una mujer que brilló con luz propia en la alfombra roja (y fuera de ella, porque fue su noche, así como quien no quiere la cosa) fue Marion Cotillard, preciosa en un traje que no se describir y que lucía con tanta clase que daba a Francia el glamour que merecía en esta gala.



Una vez empezada la gala, desde las 2:30 hasta las 6 de la mañana prácticamente, John Stewart hizo su aparición. Dirigió la gala con una maestría indiscutible y dejo caer sus gracias sobre política, en un año de elecciones USA que quizás hubiera generado una gala mucho más cargada de simbolismo. La noche de premios empezó con los típicos premios técnicos hasta que llegó el momento del mejor film de animación. Como estaba cantando, Ratatouille se llevó el Oscar, ganando así a Persépolis, que contaba con bastantes opciones. Tras varios premios técnicos más (donde los académicos se sacaron de la manga el Oscar a mejores efectos especiales para La brujula dorada, algo que nadie comprende aún), Dante Ferreti demostrando que es Dios cada vez que hace y crea un escenario y una coña buenísima sobre Cate Blanchett, llegó el turno del mejor actor de reparto. Tom Wilkinson se posicionó como rival principal de Bardem, pero todo quedo en un rumor. Bardem se llevó el premio y dio medio discurso en español, con dos narices. ¡Ole Bardem y ole su madre!
Tras los premios a los cortos, llegó el turno de la actriz de reparto. Por cierto, a lo largo de la gala pudimos ver los números musicales de las canciones nominadas, con un claro d
ominio de temas Disney de Encantada. Como decía, llegó el turno de la actriz de reparto. Cate Blanchett sonaba como posible ganadora, pero era la categoría más reñida de este año en cuanto que no había una clara ganadora. Finalmente, medio planeta y parte del otro se quedó boquiabierto con el premio a Tilda Swinton por Michael Clayton, premio que ni ella misma se esperaba. Pero, con todo, un premio merecido, porque la actuación es perfectamente premiable.
Después de que Josh Brolin y James McAvoy dieran el primer doblete a los hermanos Coen por su guión adaptado de No es país para viejos y que El ultimátum de Bourne se alzará como triunfadora técnica de la gala, llegó el turno de mejor actriz. Aquí también estaba la cosa "jodia". Se había especulado mucho sobre Marion Cotillard, Julie Christie y Ellen Page. Finalmente, Cotillard fue la agraciada. La actriz francesa subió al escenario, recogió su premio y nos regalo a todos un discuros corto y emocionado, de esos que se agradecen.
Después de que Jack Nicholson hiciera de las suyas, Bourne se cepillase el Oscar al mejor montaje, se diera el honorífico a Robert Boyle (diseñador de producción) y Los falsificado
res ganará el premio a mejor película extranjera (Austria), llegó el primer premio de consolación para There will be blood, el de fotografía. Algunos premios después, Diablo Cody recogió su Oscar por el guión de Juno y llegó el turno del Oscar al mejor actor (antes hubo Oscar para bandas sonoras, canciones y documentales).
Algunos ilusos creíamos que Viggo Mortensen o Johnny Depp podían robarle el premio a Day-Lewis pero, evidentemente, eso no paso. Su papel, histriónico o no, le ha valido todos los premios del mundo y el Oscar no iba a ser menos. Y todos que nos alegramos.



Llegó el momento estelar de la noche, el momento en que los hermanos Coen se podían convertir en triunfadores o en perdedores. Algunos pensabamos que la Academia se iba a cascar premios inesperados, pero no. No es país para viejos se llevó lo gordo. Primero, Martin Scorsese dio el premio a Joel y Ethan Coen por su labor como directores y después, "thefucking" Denzel Washington abrió rápidamente el sobre que contenía el nombre de la mejor película. No es país para viejos se fue con un total de cuatro premios (película, directores, actor de reparto y guión adaptado), seguida de El ultimátum de Bourne con tres técnicos (sonido, montaje de sonido y montaje), There will be blood (actor principal y fotografía) y La vida en rosa (actriz y maquillaje) con dos. El resto de premiados, como Michael Clayton, Sweeney Todd, Ratatouille... sólo consiguieron un premio.
Y, poco más. La gala fue bastante rápida, hasta que al final se
volvieron locos poniendo anuncios, John Stewart demostró porque en España los Goya son un coñazo, Bardem hizo historia, Cotillard volvió loca a Francia y Diablo Cody demostró que además de una tía cool, se va a convertir en la guionista de moda en los próximos años. ¡Hasta el año que viene tío Oscar!



La lista completa de premiados, aquí y aquí.

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